La vulnerabilidad de lo digital

El siniestro "nada natural" de la Cinemateca Brasileira de julio de 2021
Recientemente una triste noticia apareció con la brutalidad y la sinrazón que se presentan todas las que atentan contra la cultura y las producciones humanas: el incendio de la Cinemateca Brasileira en un país cuyos dirigentes practican, cuando no presumen, dejación del Estado por lo cultural, el patrimonio de la humanidad y lo común.
Sin entrar en el interesante debate sobre si este tipo de siniestros son naturales o antropogénicos y causados por las personas o son más bien “fruto del camuflaje ideológico que oculta intereses específicos, o por dejación social en proveer los recursos necesarios para garantizar bienes, derechos y patrimonios de la humanidad” (González Galván, 2021), la noticia genera tristeza y refleja la falta de responsabilidad legal y especialmente ética que pueden mostrar los dirigentes de un país cuando no tienen sensibilidad, reconocimiento y respeto por la promoción y conservación del bien común.
Si seguimos sin cuidar y prestar atención a la preservación de lo cultural perderemos en breve una buena parte de la producción y expresión humana contemporánea.
Somos vulnerables y nuestras producciones efímeras si no se cuidan y preservan.
La situación provocada con crudeza y proximidad por el COVID ha supuesto un toque de atención incluso para los que creen que todo lo pueden si quieren. No somos omnipotentes. Somos interdependientes y vulnerables desde el nacimiento y por toda la vida. Somos la especie que precisa más cuidados desde nuestro nacimiento hasta nuestra primera manifestación de autonomía.
También somos la especie que acumula aprendizajes y una historia que puede transmitir, pero algunos sujetos parecen ignorarlo. Esta ignorancia de algunos - creen que la vida empezó con ellos- incluye el desconocimiento de lo que nuestros antepasados hicieron y de aquello que crearon y constituye nuestro acervo cultural e historia, o por lo que lucharon para lograr las condiciones de vida y en algunos casos incluso de bienestar que caracterizan a la humanidad hoy.
Las producciones humanas son frágiles- algunas de las artísticas o impresas especialmente- y la mayoría efímeras si no se reconocen como valiosas, se cuidan y preservan. Es decir si no son objeto de respeto.
Además, lo audiovisual y lo digital se consume a gran velocidad y por ello aún es más urgente conservarlo, preservarlo, para poder reflexionar y comprender mejor quiénes somos, qué hemos producido y registrado, de dónde venimos y tener criterio para saber hacia dónde queremos ir. Constituye un acervo que nos acompaña y que se pierde si no se reconoce, valora y respeta. Son parte fundamental de la memoria histórica, para entender nuestro mundo de ayer, comprender mejor el de hoy y estar en buenas condiciones para abordar el presente en clave de futuro.
El patrimonio cultural y en concreto el patrimonio digital forman parte del bien común y como todo bien común merece la atención publica y el destino de recursos para su promoción y preservación.
Cuando a un objeto le concedemos valor lo convertimos en un bien. Los bienes pueden ser particulares y también pueden ser bienes que nos unen a los demás, que nos permiten construir comunidad y que nos guían en nuestra acción personal y colectiva, que contribuyen a la cohesión social y a estimar la solidaridad. Estos bienes que van más allá de mi interés particular y contribuyen a hacer más digna la vida de todos son ejemplos de bien común. Cuando algo adquiere la consideración de bien común es porque contribuye no sólo al bien de un particular o de un colectivo, sino al de toda o a un amplio sector de la sociedad y por ello merece atención y los recursos públicos para su promoción y conservación. Es el caso de la educación, la sanidad o el de otros servicios y acciones que producen externalidades positivas que benefician no sólo al usuario en concreto sino a la población en general. Por ello la educación y la sanidad o por ejemplo las vacunas son motivo de financiación y atención publica. Porque benefician a toda la población y no sólo a sus usuarios más directos. Por ello tales recursos no pueden considerarse gasto sino inversión en más calidad de vida para todos, en la promoción y conservación de un bien común.
La UNESCO afirma que el patrimonio digital consiste en recursos únicos que son fruto del saber o la expresión de los seres humanos. Y también que comprende recursos de carácter cultural, educativo, científico administrativo e información técnica, jurídica, médica y de otras clases que se generan directamente en formato digital o se convierten a éste a partir de material analógico ya existente (UNESCO, 2003). Reconoce que a menudo son efímeros aunque muchos de ellos revisten valor e importancia duraderos y por ello constituyen un patrimonio digno de protección y conservación en beneficio de las generaciones actuales y futuras. El patrimonio digital aumenta aceleradamente y es necesario establecer pautas, criterios generales y protocolos comunes de preservación que lo consideren como un bien común. (Echevarria, 2009). Conservar el patrimonio digital que en las últimas décadas estamos produciendo es conservar un bien común (UNESCO, 2003)
Dos décadas después de la declaración de UNESCO sobre la preservación del patrimonio digital
A pesar de las casi dos décadas desde la declaración de UNESCO que declaraba que la preservación de lo digital es un problema universal constitutivo de las sociedades de la información y que alertaba que el patrimonio digital del mundo corre el peligro de perderse para la posteridad, las dificultades y obstáculos para legislar y actuar en consecuencia continúan.
Las decisiones empresariales y políticas de mirada a corto plazo, la de los que no miran el retrovisor porque nada pasado les importa y la falta de sentido de humanidad y de responsabilidad social dificultan los cambios necesarios para abordar la conservación de lo digital y facilitar su difusión y accesibilidad en un entorno de organizaciones en red como correspondería en nuestra sociedad en red.
Estamos en tiempos de declaraciones a favor del bien común, urge pasar a la acción promoviéndolos y conservándolos porque hacen más digna y más rica personal y socialmente la vida de todos. La no preservación del patrimonio cultural y en particular del digital supondrá la perdida de una buena parte de la producción de conocimiento y cultura de nuestra época y añadirá a la actual brecha digital la que se ha denominado "brecha de la memoria"(Echeverría, 2009, 567).
Ref:
- Echeverría, J. (2009). Cultura digital y memoria en red. ARBOR. Ciencia, pensamiento y cultura.CLXXXV, 737, 559-567. doi:1037/arbor.2009.185 n.737
- Gonzalez Galvan, R. (2021). Incendio de la Cinemateca Brasileira: los siniestros no son tan naturales.
- www.mrc.es Media Research and Consultancy. Rincón de los Expertos
- UNESCO (2003). Charter on the Preser- vation of Digital Heritage, http://unesdoc.unesco.org/images/
Octubre 2021
Por Miquel Martinez, catedrático y miembro del grupo de investigación GREM ( Grup de Recerca en Educació Moral ) de la Universidad de Barcelona.