La producción creativa
En los últimos tiempos en los títulos de crédito de las películas – las nuestras y las foráneas- suele aparecer una relación extensa de productores, de tal forma que me suelo preguntar quién será el productor creativo. Los que allí aparecen lo hacen por haber representado un papel financiero de mayor o menor envergadura – aportación, simple consecución ,etc. -; pero la acción creativa quién la representa.
En muchas ocasiones encuentro una respuesta tácita al hacer la valoración de la película como mero espectador. Ese interlocutor del público falta o no ha sabido interpretar su papel, pues el caballo desbocado del “arte de minorías“ no ha sido embridado. Pero no se entiendan mal mis palabras, no es que el arte cinematográfico se presente en estado puro es que suele brillar por su ausencia.
La acción del productor no debe cercenar la creación sino coadyuvar con ella en un tono creativo.
Para centrar el tema nada mejor que el pensamiento de un director representativo del mas puro arte cinematográfico radical, Bernardo Bertolucci“ Esa especie de tensión que se crea entre productores y autores, que tiene su peso e importancia y sirve de guía.(1)
Si tensión, en tanto en cuanto cada uno defiende su papel con la máxima fuerza, pero en una acción o diálogo constructivo en donde, sin restar un ápice la acción creadora del director, se canalice merced a la aportación creativa del productor con el fin ultimo de conseguir el favor del público.
Ahí es donde se encuentra la justificación última de la acción del productor creativo. Como muy bien señala David Puttnam, paradigma incuestionable: ”Al trabajar con directores debe tenerse cuidado de no convertirse en sus esclavos. Conozco productores cuya única misión es ponerse al servicio de sus directores. Yo, en cambio, considero que estoy al servicio del público y que el director es la llave de la puerta que conduce a ese público.“(2)
El proceso de comunicación de masas requiere la acción creativa de alguien que se sitúe entre el director- radical creador– y el público. Con el fin de no perder el Norte y acompañar al creador en un camino nada fácil. ¿Y dónde está el Norte?; pues en el lugar en el que la película presenta dosis normales de verosimilitud e inteligibilidad-condición necesaria según Francisco Ayala-. Y en donde la emoción y la sorpresa afloran con facilidad.
La acción de acompañamiento creativo del productor se debe ver secundada por la del director de producción, merced a un creativo plan de producción, utilizando los trucos del oficio. Si del oficio, sin oficio no puede haber producción creativa. Ambos guiados por un objetivo primordial: que los dólares o los euros invertidos se vean. Dado que las perdidas de tiempo de rodaje , las dietas y los viajes injustificados ,por ejemplo, acarrean unos costes que no se ven. De los que el público no tiene ninguna constancia.
Las posibilidades de la producción creativa son múltiples y son las que ennoblecen de forma inequívoca el trabajo de producción que deja de circunscribirse a lo económico y logístico.
(1)Enzo Ungari(1982). Betolucci por Bertolucci. Ed. Plot.Madrid. pag.29
(2)Alejandro Pardo(2003).El oficio de producir películas. Ed.Ariel.pag.83
Diciembre 2018
José G. Jacoste
Licenciado en Ciencias Económicas y Doctor en Ciencias de la Información. Director de producción y productor ejecutivo en 50 largometrajes de producciones nacionales e internacionales y tres series para televisión. En 1989 obtuvo el Premio Goya a la Mejor Dirección de Producción por Remando al Viento
José G. Jacoste ha compatibilizado su brillante carrera profesional con una intensa vida académica ya que desde 1971 hasta 2015 fue profesor de la Facultad de Ciencias de la Información en la Universidad Complutense de Madrid y Director y Profesor del Máster en Producción Audiovisual de la UCM en sus veinte primeras ediciones, además de dirigir y participar en cursos y seminarios en diferentes universidades españolas. En 1996 publico el libro El Productor Cinematográfico, constituyendo una referencia obligada para los profesionales.