El cine de Almodóvar, una aproximación (2ª Parte)
Crédito foto: Todo sobre mi madre: El deseo
La repercusión nacional e internacional de Mujeres al borde de un ataque de nervios (1989) situó el nombre de Pedro Almodóvar en el mapa cinematográfico mundial, popularizando la figura del cineasta manchego para gran parte de los espectadores españoles que, hasta ese momento, lo habían relegado al underground surgido de la Movida madrileña, en la periferia del cine español de mayor o menor prestigio cultural. Pero el éxito crítico y comercial de Mujeres al borde de un ataque de nervios (1989), tanto dentro como también fuera de las fronteras españolas, supuso un primer punto de inflexión en su carrera que dio paso a una década en la que Almodóvar revisó algunas de sus constantes bajo una óptica más dramática, depurando sus recursos estilísticos y, en paralelo, asentando su progresivo reconocimiento como director y productor de películas propias y ajenas, aunque aún a espaldas de un reconocimiento por parte de la Academia del Cine Español que no se produjo hasta que, en 1999, la exitosísima Todo sobre mi madre rompía con la máxima de que nadie es profeta en su tierra.
Una nueva andadura hacia su definitiva consagración en la que, por una parte, aborda como cineasta muchas de sus constantes desde una perspectiva aún más pop que en películas anteriores pese a una apropiación mucho más íntima de los materiales que le sirven de referencia mientras que, por la otra, diversifica su labor como productor impulsando proyectos ajenos desde El Deseo.
Rumbo a la consagración internacional (1989-1999)
¡Átame! (1989)
Producida en su totalidad por El Deseo, y distribuida a cuatro manos por Lauren Films y Empatía Media, este remake perverso de la clásica El coleccionista (1965) supuso el retorno de Almodóvar a terrenos más próximos al desgarro melodramático de algunos de los trabajos previos a la mucho más lúdica Mujeres al borde de un ataque de nervios. Con un equipo creativo de primer nivel y con la participación de nombres del calado internacional del compositor musical Ennio Morricone, ¡Átame! explica la historia de Marina (Victoria Abril), una joven actriz de cine pornográfico que es también el obsesivo objeto de deseo del desequilibrado Ricky (Antonio Banderas), quien la secuestra y hace prisionera para demostrarle su amor incondicional.
La química y desparpajo que desprenden Abril y Banderas en pantalla, y la dirección de fotografía del siempre sobresaliente José Luís Alcaine hizo de ¡Átame! una película tan interesante y pasional como relativamente comprendida por el público, quizás más afín a la imagen de explosivo petardeo que Mujeres al borde de un ataque de nervios reflejaba sobre Almodóvar, saldándose su, pese a todo, nada despreciable paso por las salas con 3 millones 125 mil euros de recaudación y 1 millón 352 mil espectadores, según cifras extraídas del ICAA. Por el contrario, la Academia del Cine español no colmó las expectativas generadas con 15 nominaciones a los Goya que sin embargo no depararon ningún premio para ¡Átame!. A nivel internacional, la distribución fue a cargo de Miramax, recaudando en salas aproximadamente 804 dólares a decir de Box Office Mojo, probablemente debido a que su calificación de NC-17 (prohibida la entrada a menores de 17 años) relegó su distribución a circuitos muy minoritarios.
Tacones lejanos (1991)
Co-producida por España y Francia a través de El Deseo y Ciby 2000 en un 80 y 20% respectivamente (y, según fuentes francesas, también por Canal+ y TF1 Films Production), Tacones lejanos supone la segunda colaboración de Almodóvar con la actriz Victoria Abril, quien aquí se enfrenta a la que se convertiría en una de las caras más reconocibles de la carrera del cineasta: Marisa Paredes. Ambas intérpretes dan vida, en lo que es con mucho lo mejor de la película, a una historia materno filial con reconocidos (por explícitos) ecos de Sonata de otoño (1978) plagada de celos amorosos y creativos, que echa a andar cuando Rebeca (Abril) retoma su relación con su madre (Paredes) tras quince años sin hablarse, para darse cuenta de que su marido fue, tiempo atrás, uno de los grandes amores del personaje interpretado por Marisa Paredes.
Trufada de momentos musicales, una desprejuiciada revisión de los tabús sexuales de una parte de la sociedad española y al filo del culebrón, Tacones lejanos fue distribuida a nivel nacional por Warner Española y Empatía Media y recaudó 5 millones 234 mil euros, contando con la afluencia de 2 millones 72 mil espectadores, según cifras del ICAA. A nivel internacional, fue distribuida por Miramax y recaudó un total de 292 dólares en salas, según cifras de Box Office Mojo, siendo nominada al Globo de Oro a la mejor película de habla no inglesa y premiada con el César a la mejor película extranjera en 1993. Sin embargo, Tacones lejanos no obtuvo ningún premio Goya.
Kika (1993)
La segunda coproducción hispano-francesa de la filmografía de Almodóvar -de nuevo, entre El Deseo y Ciby 2000 en un 80 y 20% respectivamente- fue también una de las películas más esperpénticas de toda su carrera. Y es que Kika es todo un salto al vacío en el que lo lujosamente pop coquetea con la parcela más gamberra del cine de su autor y muchas de sus constantes, con las relaciones materno-filiales a la cabeza, en un ir y venir justificado por una trama de enredos y manipulaciones visuales poblada por personajes a cuál más imposible (y alguno, como la Andrea Caracortada interpretada por Victoria Abril, absolutamente inolvidable) que indigestó a gran parte de la crítica en su momento.
Con el tiempo, Kika ha ido adquiriendo un relativo status de película de culto dentro de este tramo de la filmografía de Pedro Almodóvar, pero en su día supuso, pese a lo festivo de su tono, un leve descenso respecto a Tacones lejanos tanto en recaudación (de unos 3 millones 40 mil euros) como en número de espectadores (1 millón 38 mil) en el mercado nacional en el que fue distribuida por Warner Española y Empatía Media. Quizás por lo excesivo de la película, la película fue distribuida internacionalmente directamente en el mercado doméstico, a cargo de October Films, donde recaudó 2 millones 19 mil dólares. Y, en todo caso, le mereció a una de sus actrices, Veronica Forqué, el Goya a la mejor actriz protagonista.
La flor de mi secreto (1995)
Quizás debido al batacazo crítico cosechado por Kika, la siguiente película en la carrera de Almodóvar fue una mucho más atemperada en sus formas y más equilibrada en su fondo. Y eso que, sobre el papel, esta nueva co-producción entre El Deseo y la francesa Ciby 2000 (de nuevo, en un 80 y un 20% respectivamente) no deja de ser un pasional (y apasionante) melodrama lleno de desamores, regresos al origen (rural) y reinvención a través de la creación que poco a poco irían ocupando un lugar capital en su filmografía. Protagonizada por una inmensa Marisa Paredes, La flor de mi secreto narra las desventuras de Leo Macías (Paredes) una escritora de novelas románticas bajo seudónimo que, tras caer en una terrible crisis sentimental y profesional, es contratada para escribir el suplemento cultural de un periódico por parte de Ángel (Juan Echanove), que se enamorará perdidamente de ella.
Una de las mejores películas de la carrera de Almodóvar que, pese a lo atemperado de sus formas respecto a la inmediatamente anterior Kika, solo fue saludada por 982 mil espectadores en España, donde una vez distribuida por Warner Española y Empatía Media recaudó unos 3 millones 200 mil euros, según cifras del ICAA. Fuera de las fronteras españolas, fue distribuida en el mercado doméstico por Sony Pictures Classic, recaudando un total de 1 millón 104 mil dólares a nivel internacional a decir de Box Office Mojo. Obtuvo siete nominaciones a los Premios Goya, y ganó el Premio a la mejor actriz para Marisa Paredes en el Festival Internacional Karlovy Vary.
Carne trémula (1997)
Y de una de las mejores pasamos a una de las películas más olvidadas del cine de Almodóvar. Co-producida por España y Francia a través de El Deseo (acreedora del 71% de la producción) por una parte, y Ciby 2000 y France 3 (que se ocupan del 29% restante) por el otro, Carne trémula parte de la particularidad, prácticamente sin parangón en la carrera del cineasta, de ser una adaptación oficial de un original literario escrito, en este caso, por la novelista Ruth Rendell que fue adaptada a la gran pantalla por el propio Almodóvar, el novelista Ray Loriga y el cómplice habitual de Álex de la Iglesia en estas lides, Jorge Guerricaechevarría. A través de una base inconfundiblemente deudora del género negro (al que pertenece la novela en la que se basa), Carne trémula revisa muchas de las constantes del cine de Almodóvar desde una hábil integración en una trama carente de exabruptos, y siempre asentada sobre los impulsos y cicatrices de sus personajes.
O así lo entendieron los 1 millón 433 mil espectadores que dieron a la película sus casi 5 millones de euros de recaudación en España, donde fue distribuida por Warner Española y Empatía Media. El periplo internacional del filme fue a parar a manos de la Metro Goldwyn Mayer, que la distribuyó en el mercado doméstico recaudando 1 millón 713 mil dólares a decir de Mojo Box Office. El actor José Sancho fue galardonado con el Goya al mejor actor secundario por su participación en la película.
Todo sobre mi madre (1999)
Pero la consagración definitiva de Almodóvar como rutilante estrella del cine mundial aún estaba por llegar. Y lo hizo con esta nueva co-producción entre España (en un 80% a través de El Deseo) y Francia (a través de de Renn Productions, que aportó el 20% restante) en la que bien podría ser considerada una película compendio de lo desarrollado en su cine anterior hasta el momento, aunque desde una óptica más serena y, también, más accesible incluso en sus elementos potencialmente más escandalosos. Con confesos ecos de Eva al desnudo (1947) ya desde su título (que remite al original All about Eve), Todo sobre mi madre narra la crisis existencial de Manuela (Cecilia Roth) tras la muerte de su hijo Esteban (Eloy Azorín) el día en el que éste cumple 17 años, y que la lleva a regresar a la ciudad de Barcelona en la que se embarazó 18 años atrás se convirtió en el filme insignia del cineasta para muchos de los que a duras penas se habían aproximado a su cine, reacondicionando la visión que de él tenía el público mayoritario con una incidencia aún mayor que la alcanzada por Mujeres al borde de un ataque de nervios.
Plagada de actrices que desde ese instante pasaron a ser consideradas como parte de las “chicas Almodóvar”, Todo sobre mi madre hace gala de un sorprendente equilibrio entre todos sus componentes, y fue aplaudida por la friolera de poco más de 2 millones y medio de espectadores y casi 10 millones de euros recaudados, según cifras del ICAA. Igualmente, el filme fue el primero en la carrera de Almodóvar en contar con El Deseo (a través de El Deseo D.A.) como tercera distribuidora en liza, junto a las habituales Warner Española y Empatía Media. A nivel internacional, donde fue distribuida por Sony Pictures Classics, recaudó la friolera de 59 millones 608 mil dólares en salas según cifras de Mojo Box Office. Un reconocimiento masivo que se tradujo, entre otros tantos galardones de renombre internacional, en un premio Oscar a la mejor película de habla no inglesa, el Premio a la mejor dirección en el Festival de Cannes y, como colofón, siete premios Goya entre los que se encontraron el de mejor película y, finalmente, el de mejor dirección.
El Deseo más allá del cine de Almodóvar
Paralelamente a su crecimiento como cineasta durante la década que va desde 1989 hasta 1999, Almodóvar diversificó la labor de su productora El Deseo impulsando películas ajenas en países como Portugal o Francia y sin olvidar a algunos de los incipientes talentos que empezaban sus carreras en suelo español. De esta forma, y al contrario que en el periodo que vio nacer El Deseo como productora tal y como quedó reflejado en el anterior artículo dedicado a la carrera del cineasta manchego, la productora de los hermanos Almodóvar pasó a ser un agente más en el mercado nacional e internacional de la producción cinematográfica, siempre detrás de los proyectos del director de Todo sobre mi madre pero ahora también interesado en respaldar otras miradas.
Fue en 1991, el año de Tacones lejanos, cuando El Deseo llevó a cabo su primera incursión fuera del cine de Pedro Almodóvar con su participación en Tierra fría. Una película dirigida y guionizada por António Campos y producida a la sazón por Portugal en un 55% a través de Inforfilmes, España en un 25% con El Deseo y, finalmente, Francia, en un 20%, por Titane Production. Una primera incursión en terrenos creativos extraños a la obra de Almodóvar que fue eclipsada en términos de éxito de taquilla y renombre por la co-producción entre España y Francia (a través de El Deseo en un 80% y Ciby 2000 en un 20%) Acción mutante, de Álex de la Iglesia, solo un año más tarde. Este primer largometraje del futuro director de El día de la bestia (1995) fue además, y como tantas otras películas de Almodóvar, distribuida a través de Warner Española y Empatía Media. Una colaboración que volvió a repetirse en aquel 1995 tan prolífico para El Deseo, y en el que la productora de los hermanos Almodóvar volvió a colaborar con Ciby 2000 (aquí también en calidad de distribuidora en salas) en Le maître des éléphants, producida por la productora francesa junto a El Deseo, Canal +, S.M. Films y TF1 Films y la española Tengo una casa, de Mónica Laguna. En 1996 produjo, de nuevo en régimen de coproducción franco-española con Ciby 2000 como socio fundamental, Caiga quien caiga me caso, esta vez junto a Novo Arturo Films, Rhône-Alpes Cinéma y TF1 Films Production y, en 1997, Messieurs les enfants, de nuevo con Ciby 2000 pero ahora con France 3. Al año siguiente, entre la producción de dos películas propias como fueron Carne trémula y Todo sobre mi madre, El Deseo intervino en otra co-producción, aunque esta fue entre Francia, España y Luxemburgo. ¡A trabajar! estuvo coproducida por la productora de Pedro y Agustín Almodóvar, Agat Films y Hachette Première et Cie.
Una actividad considerable que se vería propulsada en los siguientes años de la carrera del cineasta, aprovechando la repercusión internacional que la marca Almodóvar había alcanzado tras el gran éxito de crítica y público de Todo sobre mi madre, broche de oro a un periodo profesional en el que la búsqueda de un cierto equilibrio entre sus constantes estéticas y temáticas había asumido una considerable madurez.
Enero 2021