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| Robert Andrés Gómez

2020 - año cero

2020 - año cero

2020 ha marcado un antes y después para la industria audiovisual. Arrinconando al máximo al cine y acelerando el crecimiento de las plataformas digitales. La pandemia COVID-19 ha puesto en jaque al mundo entero, ejerciendo presión a todos los sectores de la economía global. El Cine y la industria audiovisual en general paralizaron sus rodajes y por primera vez en más de un siglo, no hubo plató abierto en Hollywood. Superadas la primera y segunda ola, los rodajes se reactivaron con protocolos de seguridad; mientras el calendario de estrenos se actualizó con cambios notables. La tercera ola, sin embargo, lejos de aliviar las tensiones de la industria, ha terminado por imprimir nuevos ajustes en cada uno de los sectores que la componen.

            De todos los “blockbusters” programados para 2020, sólo unos pocos –muy pocos-, llegaron a las salas. Tenet de Christopher Nolan fue un ligero respiro para las salas, con una recaudación mundial de $361,4 M (apenas $57,8 M en su territorio) en 14 semanas de exhibición.

            Otros dos estrenos marcaron un punto de inflexión para la industria y alterado el ciclo establecido hasta ahora para las ventanas de explotación. Disney decidió estrenar definitivamente el “live action” de Mulan de Niki Caro en su novísima plataforma digital Disney + y reservando proyecciones en salas en territorios determinados (consiguiendo en esta última una recaudación de $68M).

            El pasado 18 de diciembre de 2020, Warner tomó una iniciativa más agresiva todavía: el estreno global y simultáneo en salas como en HBO Max de Mujer Maravilla 1984 de Patty Jenkins, desatando la ira, inquietud y profunda preocupación del sector exhibidor.

            Tanto Disney como Warner han enfilado hacia un nuevo posicionamiento, potenciando sus marcas digitales.  Disney ha conseguido en un año superar los 86 millones de suscriptores (sin mencionar los aportes de Hulu y ESPN).  Estas cifras recientes fueron comunicadas por Bob Chapek, CEO de The Walt Disney Company y Bob Iger, Chairman ejecutivo. El anuncio  estuvo acompañado de una amplia oferta de contenido cuyos portaviones pasan por la saga Star Wars con 10 series programadas y el universo Marvel con otras diez. El paquete por supuesto, suma proyectos y planes para National Geographic, Star, FX, 20th Century Studios, Pixar y Walt Disney Studios.

            HBO Max, según AT&T (la compañía propietaria de Warner Media y Warner Bros. y por tanto de HBO Max) al cierre del trimestre pasado, ya tenía 8,6M de suscriptores activos (sin olvidar los 140M de espectadores que siguen la marca a través de señales por cable). Cifras importantes para un servicio presentado el 27 de mayo de 2020. El estreno de la segunda entrega de Mujer Maravilla –simultáneo y gratuito para los suscriptores-, busca ampliar esa importante base aun y cuando haya mermado la taquilla en salas.

            Una medida osada y duramente criticada por sus socios coproductores y creativos. Para  AT&T, el objetivo pasa por fidelizar a sus suscriptores y con ello potenciar la columna vertebral de su negocio vertebral: telefonía e Internet. Una práctica por demás usual en las operadoras telefónicas.

             Sin embargo, en un año con pocas certidumbres, el modelo de Warner y HBO Max podría ser un modelo de oportunidades mientras dure la crisis.

            El estreno simultáneo en HBO Max y en salas de Mujer Maravilla 1984 dejó al menos para estas últimas una recaudación mundial de $148M (37,7M de ellos en Estados Unidos); muy por debajo de lo esperado, pero un ligero aliento para el sector; tomando en cuenta la sombra que las plataformas proyectan sobre el cine.

            Netflix a la cabeza de los servicios SVOD y superando  los 200M de suscriptores y Amazon Prime Video pisándole los talones con sus propios 200; no parecen sentir la presión de la industria, en tanto son los abanderados en el potencial cambio de paradigma. Amazon además ha puesto en marcha sus servicios de suscripciones adicionales que suman a StarzPlay, MUBI, MGM y OUTTV, ampliando la oferta de manera sustancial.

            Los datos expuestos por la consultora Antenna concluyen que el mercado en streaming aumentó un 37% en 2020; siendo Disney+ la que mejor ha capitalizado dicho crecimiento.

            Si 2020 ha sido un año ruptura; 2021 luce como un año bisagra, en tanto que la llegada de las diversas vacunas avizora la convivencia de ambos modelos enfrentados.  Ello si los gobiernos del mundo y las propias farmacéuticas consiguen acelerar el ritmo de vacunación, y en adelante abrir las puertas a un retorno cuando menos seguro  a la otrora normalidad.

            Mientras lo anterior se concreta, con mejores y mayores medidas de respaldo a la industria por parte de los gobiernos; la reacción de aquella no parece ser una huelga de brazos caídos. Los sectores de exhibición, así como estudios  y productoras que aportan contenido -pero no disponen de plataforma alguna-, y los creadores no tiran la toalla.

            El reto no pasa por la renuncia a las salas de cine, ni por paralizar una vez más los rodajes; sino por no sucumbir al tiempo de espera impuesto por la Covid-19.

            Ya no sólo las salas esperan por nuevos contenidos, las plataformas y demás ventanas también. Salvo en sus series y films de la casa, a la mayoría no le ha quedado otra que optar por contenidos no exclusivos; lo cual más pronto que tarde puede impactar en las preferencias del espectador, si las diferencias en la oferta se reducen.

            En España, según COMSCORE, la taquilla cayó en un 72 %, aun y cuando a principios de 2020 se registraba un ligero incremento frente al 2019. Las pérdidas, según Egeda fueron de 446M de euros respecto al período anterior. Sin embargo, la ausencia de los grandes blockbusters ha permitido que la cuota del cine español aumentara hasta un 25 %. Una de cal y otra de arena.

            Los exhibidores, además de reducir aforos y apostar por mantener las salas abiertas en la medida de lo posible con un número de películas reducido. También han abierto el abanico a eventos empresariales o familiares, de cara a optimizar sus espacios (subrayando una tendencia en crecimiento desde la pasada década).

            Sin embargo, el complejo panorama ha obligado a que algunas cadenas cierren temporalmente sus salas o la mayoría de ellas. Al cierre de enero, el Grupo Yelmo con más de 500 pantallas en España, inicia un compás de 15 días dejando abiertas únicamente sus espacios de Madrid e Islas Canarias. No han sido los únicos. En Twitter, Cines LYS anunciaba también su cierre temporal, surbrayando en un comunicado los protocolos aplicados y aprobados por el Ministerio de Sanidad español para garantizar la seguridad de los espectadores. “Afirmamos que tanto los Cines LYS como el resto de cines de España, son entornos totalmente seguros… A día de hoy, no hay reconocido ningún brote en cines y teatros”. 

            En América Latina, el presidente de Cine Colombia informó también a través de Twitter, que la cadena no tenía pensado reiniciar sus actividades: “Por ahora les confirmo que no será en este 1er bimestre”, informó.

            En Estados Unidos, el panorama sigue siendo el más complejo, toda vez que sus operaciones dependen esencialmente de la producción de los grandes estudios, hasta ahora reacios a estrenar en masa sus películas.  De momento, la cadena de cines AMC Entertainment ha conseguido evitar la quiebra, al levantar una inyección de capital de $917M, según informó en un comunicado, en el que además abogó por la vacunación de la población como paso clave para superar la coyuntura sanitaria y económica.

            La campaña cinematográfica de primavera y verano (especialmente esta última) también cifra las esperanzas de la industria. La reciente actualización del calendario sin embargo, marca ya una huida hacia delante de dos films: Morbius (Marvel) y -una vez más-, 007: Sin tiempo para morir, que trazan fechas tentativas para el próximo otoño. Si en el futuro inmediato ocurrirá un nuevo efecto dominó no se sabe aún. Títulos como Viuda Negra, Mundo Jurásico: Dominio, Fast & Furius 9, Venom: Habrá Venganza, Cruella, Matrix 4, Dune, Animales Fantásticos y La sirenita aguardan por las decisiones ejecutivas. A punto están Godzilla vs King Kong, Monster Hunter, Raya y el último dragón, así como los films más relevantes de cara a la temporada de premios. Top Gun: Maverick con Tom Cruise y Paramount al mando se han resistido tajantemente a pasar de las salas y tienen fecha para el 2 de junio.

            La incertidumbre y el caos generado durante 2020 ha conseguido que la industria pierda $32 billones en todo el mundo. Según Omdia esto representa una caída del 71,5 % en la taquilla global frente a 2019.

            Ante un escenario como este, las expectativas de recuperación están puestas en un arco de tiempo que va desde 2022 a 2024.

            En los grandes estudios, las preocupaciones van más allá del estreno en salas. Marvel ha iniciado trámites para que los nuevos modos y mecanismos de distribución no afecten el estatus de sus estrellas y sus compensaciones por el rendimiento de sus películas, entendiendo que la recuperación podría reducirse significativamente en salas o más si llegara a prescindirse de ellas.

            Los superhéroes no son los únicos que buscan proteger sus superpoderes en metálico. Las estrellas más taquilleras de la industria y sus agentes renegocian los acuerdos suscritos antes de la crisis de cara a recibir una bonificación que no dependa de la taquilla y proyectan una nueva manera de manejar sus ingresos a futuro si el prefigurado paradigma termina por consolidarse o bien de cara a manejar su estatus en un contexto donde los visionados en streaming se miden en segundos.

            Esto último, debería impactar también en las formas y modos de negociar con las plataformas y agregadores de contenidos en favor de los productores de películas y contenidos audiovisuales.

            En medio de este contexto, surge también una oportunidad de oro para potenciar en el espectador la marca del cine iberoamericano. La ausencia de los grandes blockbusters ofrece una ventana para potenciar los contenidos iberoamericanos en sus mercados de origen, así como dentro y fuera de la región.

            Por su lado, mercados y festivales están más preparados para evitar la suspensión de sus eventos. Versiones híbridas o exclusivamente digitales consiguieron salir adelante en el último trimestre de 2020, marcando una tendencia optimista para el nuevo año.

            El sector parece contar con un mayor vigor y menos dudas a la hora de seguir adelante con sus programas. Hasta ahora Napte reboza optimismo, mientras ya se prepara en marzo The London TV Screenings. Sundance ya realiza su edición de 2021 y la Berlinale mueve su mercado para marzo próximo, ensayando una modalidad en dos tiempos, que llevará la presentación de films para junio. Cannes ha seguido esta línea y reagendado el evento para julio próximo, confiando en un promisorio verano.

            Que el panorama luce complejo, nadie lo duda. No obstante, en 2021, la industria parece traer algunas tareas hechas de cara a corregir la ruptura generada por su predecesor. Aún así, no cabe duda que dependerá del control de la crisis por parte de los gobiernos de turno, reducir -o aumentar-, el grado de presión que la industria deba afrontar.

Febrero 2021