Alberto de Prada

“Los problemas para rodar todos estos meses han supuesto que se utilicen más imágenes de archivo”
Durante más de un año, desde la llegada de la Covid-19, los ritmos de producción cinematográfica y audiovisual en general han debido sortear ya no solo el confinamiento preventivo sino las consecuencias generadas por la enfermedad. Los archivos documentales y de contenidos realizados se han convertido en un importante recurso que hoy más que nunca pone en valor su existencia
Alberto de Prada, director del Fondo Documental de RTVE, da un repaso a un año intenso de trabajo. En el marco de la pandemia Covid-19, el trabajo de su equipo ha quedado reflejado las 24 horas del día en la pequeña y la gran pantalla. La producción y el streaming metieron presión durante todo 2020, y tal ha sido la actividad en lo que va de año que no tiene visos de frenar.
“Lo primero que me gustaría aclarar es la relación que Radio Televisión Española tiene con el cine. Estamos obligados por ley a participar en la producción cinematográfica y de hecho, participamos activamente en ello. Tenemos un slogan en RTVE: “SOMOS CINE” . En 2020 respaldamos 46 producciones. En 2019, 42. En el Año Cero como le llaman ustedes, la participación subió casi en un 10 %. Lo que resulta muy interesante es que este año, -2021-, estará por encima de 2019 y aún no sabemos si llegaremos o sobrepasaremos el número de 2020. Es decir, durante la pandemia ese número no sólo no ha bajado, sino que ha ido en ascenso”
-El de RTVE es un archivo en movimiento permanente. Un archivo de puertas abiertas.
-Durante el seminario organizado por ustedes (*), se habló de poner a disposición de todos los archivos audiovisuales de RTVE. Esto es algo que hacemos a diario. En este archivo conservamos 270 mil latas de películas. En este sentido facilitamos imágenes a cualquier producción que las requiera, sea por aportación de imágenes a una producción en la que participamos, sea por venta de las mismas. Es algo que hacemos, insisto, habitualmente. Tenemos además una relación muy estrecha con la Filmoteca Española y con cualquier otra filmoteca, festival o institución que lo requiera. Cedemos las películas de las que somos propietarios. No sólo conservamos ese patrimonio, sino que lo utilizamos a diario. Ahora en alta definición. En este momento estamos actualizando en soporte digital, en una copia 4K, Barroco (1989) de Paul Leduc a petición de la fundación que custodia su obra, dado que los derechos los tenemos nosotros. Hacer este trabajo es ya algo frecuente. El Quijote, La Regenta, el Don Juan Tenorio de José Luis Berlanga, El Abuelo de José Luis Garci, ya están en 4K y otras muchas en HD.
-¿Cómo fue la dinámica de trabajo durante el confinamiento?
-A partir del confinamiento del 14 de marzo de 2020, nos fuimos a casa, salvo los servicios informativos. Lo primero que hicimos fue colocar un ordenador conectado con nuestra red en cada casa de cada uno de nuestros profesionales. Las producciones estaban paradas. Habitualmente las producciones entran mayoritariamente en dos fechas: febrero-marzo y después a partir de septiembre. Con inicio de temporada y a media temporada. Antes de la pandemia, atendíamos las necesidades de archivo de las producciones entre enero y marzo. Pero esto se detuvo. En ese período desarrollamos una aplicación informática que permitiera a los productores hacer los visionados desde el exterior.
-Una vez terminado el confinamiento, una avalancha de producciones que necesitaban recuperar los tiempos perdidos, y otros que buscaban evitar los brotes de las siguientes olas. Durante el verano nos encontramos con un trabajo que estuvo a punto de colapsarnos entre esas dos velocidades. Nos organizamos atendiendo a las fechas de estreno programadas para ir ordenando el trabajo y cumplir con todas las solicitudes.
-Esta avalancha inesperada como la propia pandemia qué ha supuesto más allá de la contingencia.
-Este nuevo orden ha descolocado y desorientado el trabajo del Archivo. Nuestra planificación se ha perdido, porque ahora solo aguarda, se encuentra a la espera. La producción –de películas en general-, se ha dislocado. Ya no podemos planificar, ni ellos ni nosotros. ¿Qué ha supuesto todo esto? Pues que se ha roto la periodicidad de las producciones. Ya no entran en los plazos tradicionales, sino progresivamente, una tras otra, cuando pueden. A ello hay que sumarle las peticiones de RTVE para su emisión diaria, que han tenido también un repunte. En agosto pasado tuvimos hasta 105 producciones abiertas simultáneamente que atender. Fue un nivel desorbitado para el ritmo habitual. Casi duplicamos el trabajo. Hay otra consecuencia: el problema para rodar todos estos meses ha supuesto que se utilicen más imágenes de archivo. Si antes se rodaban planos de apoyo ahora los buscan en el archivo.
Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid, de Prada ha desarrollado una carrera como documentalista dentro de los espacios de Radio Televisión Española a lo largo de casi cuatro décadas que peldaño a peldaño le ha llevado a estar al frente de los Archivos Documentales de la cadena pública; y de un equipo al que también le ha tocado padecer directamente los efectos del virus.
-¿Cómo afectó todo esto a la plantilla, al equipo?
-Por supuesto, no hemos sido inmunes a la pandemia. Hemos tenido casos de Covid-19 en la plantilla. Personal que ha tenido que estar aislado. Han sido momentos de mucho estrés. Para nosotros el trabajo de atención del usuario externo fue muy duro. Tuvimos que cubrir parte de la programación que no se estaba haciendo. Programas que se cubrieron con programas de archivo. Programas de Teledeportes se cubrieron durante 24 horas al día con material de archivo. Fue un sobreesfuerzo tremendo. Como televisión del Estado, se nos pidió que colaborásemos en una programación diaria educativa para ayudar a mantener el interés de los alumnos durante el confinamiento. A media mañana en la primera y luego en la segunda.
-¿La demanda de las plataformas sigue siendo persistente?
-En el caso de las plataformas ya veníamos de compras muy fuertes de material de archivo. Compras descomunales, que el archivo ha cubierto. Esa tendencia que pensaba podía ir decayendo, se ha mantenido a un nivel igualmente alto.
-Se habla mucho del final del cine, pero muy poco de la televisión abierta y su modelo que parece estar agotado.
-Es verdad que la televisión está cambiando la forma de consumir sus contenidos. Esto es muy claro viendo las audiencias en abierto que ya son un reducto de un sector de la población de mayor edad. El público ha envejecido y necesitamos recuperar a la audiencia joven. Esto ya lo hacemos a través de RTVE Play. Mi impresión es que iremos en esa dirección. La televisión se irá adaptando al consumo en pantallas distintas. Ya no sólo en el salón de la casa, sino en la calle. En pantallas para nuevos públicos, muy pequeñas. Me parecería muy interesante que los creadores de hoy pudieran contar cómo desarrollan sus obras tomando en cuenta esa tendencia. Cuando veo a chicos jóvenes consumiendo una película con la mirada clavada en el teléfono me sorprendo.
-Está siendo poco agresivo ese cambio.
-Es verdad que con la pandemia también la renovación del modelo interactivo de RTVE ha sufrido un retraso, pero ahora ya está funcionando RTVE Play. En esta época de plataformas, todo el mundo habla de Netflix, Amazon, etc.. No de una plataforma con todos los contenidos de RTVE y de su archivo, que está abierta al público. Este es uno de los grandes elementos diferenciadores de RTVE frente a otras cadenas.
-¿Cómo ve el futuro del cine?
-Para mí el cine es una ceremonia, requiere de una preparación especial. Tumbarse en el sofá no es estar en la sala oscura. Sabes a lo que vas, para lo que has reservado un tiempo. El cine no se perderá, pero se reducirá. Me hace ilusión que en España los cines se hayan mantenido abiertos durante los meses de pandemia. Que no hayan tenido problemas de contagios y, a pesar de los muchos problemas, se mantenga viva la exhibición.
(*) El seminario al que Alberto de Prada es IMPACTO DE LA COVID-19 EN EL CINE IBEROAMERICANO. DATOS Y PERSPECTIVAS organizado por MRC y la Fundación Euroamérica.
Julio 2021